tag:blogger.com,1999:blog-54729628306567184492024-03-13T15:44:52.554-07:00ESCENAS DE CIUDADUna mirada literaria a lo que pasa en las ciudades en las que he vivido o estado.Unknownnoreply@blogger.comBlogger17125tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-76755548590406142662014-01-04T12:23:00.000-08:002014-01-04T12:28:08.220-08:00<a href="http://4.bp.blogspot.com/-OgE2A4OisM8/Ushtrqj0XJI/AAAAAAAADJI/JZiKDX2na2U/s1600/MEDELLIN.jpg" imageanchor="1"><img border="0" src="http://4.bp.blogspot.com/-OgE2A4OisM8/Ushtrqj0XJI/AAAAAAAADJI/JZiKDX2na2U/s400/MEDELLIN.jpg" /></a><b> </b><br />
<b>Auscultando el fuego </b><br />
Serie: ESCENAS DE CIUDAD<br />
Ciudad Escenario: Medellín, Colombia<br />
<br />
<div style="text-align: justify;">
Catalina es una de esas mujeres que enloquece a hombres y mujeres en cualquier lugar del mundo.
Alta, de cuerpo marcadamente voluptuoso, tetiperfecta y culidivina, de cabello castaño largo y ojos color avellana, te hace recordar la belleza de las mujeres persas, árabes y rusas. </div>
<div style="text-align: justify;">
Pero ella es ciento por ciento paisa, digna representante de las mujeres más bellas no sólo de Colombia, sino de Latinoamérica entera.
Solamente un detalle la hace parecer extranjera: sus piernas largas, increíblemente largas, que la convierten en una mujer atípica de esta región del mundo.
Cuando camina por la calle deja a cada hombre heterosexual parolo, a cada lesbiana dudando de su tan proclamada fidelidad y a las demás mujeres, heteroconfundidas.
Sus labios carnosos y su mirada coquetona que derriten a cualquiera y su cuerpo endiablado hacen que la asociés con el más peligroso de los elementos: el fuego. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ha hecho estrellar a más de un conductor y los taxistas se pelean por llevarla y hasta se rehúsan a cobrarle.
Nunca quiso ser modelo ni mucho menos reina de belleza, pero si lo hubiese hecho, quizás se habría ganado todos los títulos.
Empero, le faltaba una condición esencial: nunca ha sido apelotardada. Jamás dice estupideces y le emputa que los hombres crean que toda mujer bonita es bruta. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ella prefirió ser economista y terminó como corredora de bolsa y rápidamente se ganó los odios de muchos compañeros de trabajo por su éxito profesional.
Un día no aguantó más la presión y cambió ese mundo de ingresos fabulosos por un empleo de bajo perfil en una compañía de medio pelo donde no tiene que competir con nadie.
Ahora se libró de buena parte del estrés que le opacaba su universo de femme fatale, pero le quedó el peor de los males: un lumbago que de vez en cuando la atormenta.
Consultamos en la misma IPS¹ e incluso compartimos los mismos médicos: el familiar y el de atención prioritaria.
Aquel día acudió a la IPS porque le estaba empezando un lumbago y como ya antes la habían dejado casi inmóvil, no quería que esa vez le volviera a pasar.
Era una tarde de viernes y se había tenido que volar de la oficina para que la atendieran como prioritaria. Tenía puesto un vestido rojo pasión que marcaba sugestivamente su cuerpo de diosa. Era vaporoso, de una tela muy suave, porque después de la temporada de lluvias nos empezaba a afectar la temporada seca y el calor ya era desesperante. </div>
<div style="text-align: justify;">
Como si no bastara con su vestidito rojo, pecaminosamente alto y resaltador de sus curvas, la acompañaba una de sus colegas, la más fea de la oficina, medio langaruta ella, que destacaba aún más la belleza de Catalina.
Sebastián, el médico de atención prioritaria, era su contraparte perfecta en el lado masculino: uno de esos tipos que paran el tráfico y alivian a las pacientes con sólo mirarlas o tocarlas. Las solteronas ganosas se fingen enfermas para que él las ausculte. Más de una se moja, y no precisamente con agua.
No es muy alto pero sí es musculoso, culiapretado y con una piel tan perfectamente bronceada que los dioses del Olimpo no habrían podido darle. Sus facciones son muy masculinas y sus ojos de mirada penetrante y embrujadora. El macho alfa con acento paisa, sonrisa matadora y una voz de teniente montador que hizo que Catalina empezara a olvidar su lumbago.
Catalina parece tener un fetiche odontológico, pues cuando está al lado de un hombre de dientes perfectos, se le olvida hasta que ya tiene marido y no puede andarse antojando de cualquier mucharejo que le pele la muela y algo más.
El pobre Sebas tuvo que contenerse para no excitarse ante la vista de semejante mujerón que lo puso nervioso y lo hizo titubear al saludarla. Ella lo notó de inmediato y empezó a calcular cuántos segundos o minutos pasarían antes de que él evidenciara una erección bajo el visajoso uniforme tipo piyama que impide que los médicos oculten sus emociones.
Catalina en cambio, no tenía mucho interés en ocultar las suyas. Ella siempre ha sido una mujer de armas tomar y de hombres debilitar.
La auscultación empezó con las preguntas rutinarias y el chequeo físico que él le hizo primero con el bajalenguas y el aparato para chequear los oídos que ningún paciente sabe cómo carajos se llama. Tampoco entendemos por qué nos chequean la boca y los oídos cuando lo que nos duele es la espalda. </div>
<div style="text-align: justify;">
Pero ella estaba feliz de que él le chequeara cada orificio, cada superficie de mujer en la que su piel ardía y su sangre empezaba a hervir como si la hubiesen condensado en una tetera nueva.
Cuando el bajalenguas entró en su boca, ella sintió una especie de fiebre que no se puede registrar en ningún termómetro. Ese pequeño instrumento de madera lo sintió fálico, inmenso, violador de su boca atrapante. Sus labios se apartaron suavemente y ella ya no podía distinguir si eran los de arriba o los de abajo. Mujer en erupción que superaba cualquier volcán. Si hubiesen llamado a los bomberos, se los habría comido a todos.
Ella quiso morder sus dedos y los de él, escupir el bajalenguas y pedirle que la besara y que en vez de la lengua le bajara su tanga y la tirara lejos. Lo habría vuelto su ginecólogo sin diploma, su médico de película porno que sólo dice palabras sucias y hace cosas ricas. El solo imaginarlo la hizo arquear sus piernas y poner en evidencia su primer orgasmo auscultativo.
Imagino al atormentado Sebas luchando entre su ética médica y su arrechera de hombre como Ulises entre el mar y las sirenas.
El chequeo siguió con la parte más difícil: aquella en la que ella se tuvo que despojar putanamente de su vestidito rojo y dejar al descubierto un cuerpo escultural que ni el más frío de los médicos podría ignorar. La hizo ponerse una bata de paciente gorda mientras fingía que escribía algo en su historia clínica pero no dejaba de mirarla achantado y excitado. </div>
<div style="text-align: justify;">
Ella sabía que lo tenía en sus manos pero no podía perder la compostura ni violarlo en su consultorio fácilmente invadible por cualquier enfermera impertinente.
Se acostó dócilmente en la camilla, boca-abajo y dejando en relieve su prominente culo caza-maridos. Su tanguita roja apenas si cubría tan apetitoso pedazo de carne. La raja se asomaba descaradamente como invitándolo a quitar con sus dientes esa tanga estorbosa que lo conduciría por un valle marrón a un paraíso rosa.
El médico en él seguramente encendía su monitor moral, pero quizás el hombre en él se mordía los labios pensando cómo controlaría sus manos para que no se deslizaran hacia donde la espalda cambiaba de nombre. Ella no podía verlo, pero imaginaba sus pensamientos lujuriosos.
Cuando sus manos tocaron su espalda, el lumbago de Catalina ya no existía, o quizás lo había obliterado el calor de esas manos que ella sintió tan cálidas, tan calientes y luego tan ardientes.
Él le hizo unas cuantas preguntas que ella respondió de manera automática porque ya no estaba allí. Ya ella caminaba la senda de Eros y su cuerpo mortal era ahora el de una diosa. Mordió sus labios y apretó sus manos desesperadamente. Gritó para sus adentros y arañó las paredes sin tocarlas siquiera. Su bestia interior devoró unos cuantos cervatillos sin poder saciar sus ansias.
Ella experimentó en segundos varias poses del Kama Sutra pero se encaprichó con la de la carretilla. Perdió la noción del tiempo, del dolor, del placer, del deber ser. Afuera dejó la señora bien puesta y adentro se sintió la mujerzuela más apuesta.
Se vino sin irse y él tuvo que notarlo porque al empezar a dar su diagnóstico dijo un par de incoherencias. A ella no le importó porque ya estaba aliviada y felizmente mojada.
Le prescribió unos calmantes y la mandó donde la enfermera para que le aplicara una inyección. Ella la habría matado con gusto para que fuera él quien la inyectara, quien le inoculara su calentura.
Estoy seguro que tuvo al menos un orgasmo cuando me contó su experiencia con lujo de detalles. Seguramente también tuvo más de uno cuando casi obligó a su marido a un juego de roles en el que ella hizo de sexy-enfermera y él de un Sebastián menos triplepapito y nada autocontrolado. </div>
© 2014, Malcolm Peñaranda.<br />
¹ IPS = Institución Prestadora de Salud, figura administrativa del sistema colombiano de salud.
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-64257738765559006372014-01-04T12:20:00.000-08:002014-01-04T12:20:28.374-08:00
<b>La Encantadora Señorita Viaggio<a href="http://3.bp.blogspot.com/-ui1cl7eZXZM/Ushs8VEAVcI/AAAAAAAADJA/eTSCW4DFh1w/s1600/DSC04857.JPG" imageanchor="1" ><img border="0" src="http://3.bp.blogspot.com/-ui1cl7eZXZM/Ushs8VEAVcI/AAAAAAAADJA/eTSCW4DFh1w/s640/DSC04857.JPG" /></a></b>
Serie: ESCENAS DE CIUDAD
Ciudad Escenario: Buenos Aires, Argentina.
Cuando la conocí, apenas tenía dos añitos y hablaba a media lengua.
No atinaba a decir juguito de naranja pero sí pronunciaba mi nombre perfectamente sin que nadie se lo repitiera.
Todo un fenómeno lingüístico para descrestar hasta al más avezado y recorrido de los lingüistas.
Conocerla era quererla porque te atrapaba inmediatamente con su ternura y su belleza tanto interna como externa.
De su madre heredó la belleza y de su padre lo amiguera. Es todo un encanto.
Te saluda cada mañana con un beso y una sonrisa absolutamente genuina que conecta su boca con sus bellos ojos, de esas que son imposibles de fingir.
También cuando ríe lo hace con alma, corazón y aparato fonatorio completo. No querés verla llorar porque su llanto te hace sentir culpable aunque vos no tengás absolutamente nada que ver con lo que le haya pasado.
Tiene una sensibilidad extraordinaria y disfruta por igual un concierto de piano de su primo o las canciones de One Direction, su grupo favorito.
Casi todos los animales le despiertan ternura y tiene un conejo de carne y hueso y otro de peluche con el que pareciera haberse entrenado para el de verdad.
Tiene tantas Barbies que te perdés cuando empieza a contarte las historias y cualidades de cada una de ellas. No entendés un carajo pero te morís de ganas de que te vuelva a explicar algo que en tu órbita de hombre jamás entrará.
Difícilmente alcanzo a diferenciar una muñeca de la otra, pero ella pacientemente me explica cada una cuantas veces sean necesarias.
Me derritió por completo cuando me dijo que la Barbie que le regalé para la navidad de 2012 era su favorita.
Cualquier cosa que le regalás la aprecia, la usa, la agradece y entiende que se la regalaste porque la querés y querés verla feliz. Y es tan fácil hacerla feliz!
Comprarle una empanada, un postre almendrado, invitarla a un jugo de naranja, sacarla a pasear o simplemente llevarla al parque, la ponen re-contenta.
El verano pasado me acompañó a misa a una bella iglesia que hay cerca de su casa. Terminó comulgando porque quería saber para qué era que tantos adultos hacían la fila. Una católica impoluta, inocente y hasta inmaculada, a la vista de cualquier vieja rezandera. Lo que no pude explicarles fue que ella ni siquiera era católica, era simplemente curiosa, angelicalmente curiosa. Y divina, por dentro y por fuera, y no peco al decirlo. Le expliqué lo que hizo cuando volvió a la banca, pero seguramente ya lo olvidó y solamente lo recordará su tío putativo.
Cuánto daría porque en realidad fuera mi sobrina, por abrazarla cada navidad, por verla sonreír con cada nueva Barbie!
Me mostró Buenos Aires con sus ojos y su alma que es tan pura y prístina. Ella ve una ciudad mágica que los adultos no vemos. Se regocija con los pajaritos que escucha y luego localiza visualmente cual cazador escocés. Vos creés llevarla de la mano pero es ella quien te lleva a vos y te cambia la ciudad de la furia por la ciudad a la orilla del bosque encantado.
Una vez la llevé a Puerto Madero, o me llevó ella, ya no lo sé, y me hizo sentir como en un capítulo de esos libros que leen los niños y los fascinan.
En el bus urbano dejó a todo el mundo boquiabierto porque se portaba como toda una señorita. De finos modales y hablar mesurado. Ella no habla más de la cuenta y cuando habla, los pasajeros que practican el me-importa-culismo, no pueden evitar parar oreja para tratar de escuchar qué es lo que dice la encantadora niña de boquita de caramelo y ojos intensos, que todos quieren tener de hija o nieta.
Socializa con todos los que la abordan y no tiene el más mínimo asomo de racismo, clasismo o jodismo, que es que como denominamos aquí al comportamiento de las niñas mimadas.
En Puerto Madero caminamos, corrimos, saltamos y brincoteamos como un par de niños de kínder y hasta hubo un momento en el que me sentí con el síndrome de Heidi, Marco o cualquier caricatura de esas que me atrapaban de niño.
Le encantan los helados de Freddo y vos te sentís más paternal que cualquiera viéndola ahí, disfrutando su helado, cuidando de no manchar su lindo vestido, con modales de princesa y el bello escenario veraniego de Puerto Madero.
Me derretí más rápido que el helado en mi boca, pero traté de disimularlo para que ella no se diera cuenta de que andaba con un adulto chocho que parece duro y fuerte pero que ante ella es más blando que el algodón de azúcar.
Entramos al barco museo y nos lo gozamos como un par de adolescentes que van al cine por primera vez. Y hasta el tipo vestido de capitán se quiso tomar fotos con ella. No pudo resistirse a su encanto angelical. No era yo el único debilucho.
Sabe tomar fotos y le gusta tomarlas o que se las tomen. Es imposible tomarle un mal ángulo, no lo tiene. Su candor te recuerda a Pinina, el personaje con el que Andrea del Boca conquistó a todo el mundo hispanohablante. Quisieras que se quedara eternamente en sus siete años para idolatrarla por siempre.
Pronunciar su nombre es un reto para cualquiera, incluso para los que hablamos varios idiomas, porque ni el español ni las otras lenguas romances registran ese sonido consonántico al final de ninguna palabra. Imagino lo divertido que debe ser escuchar a los españoles tratando de decirlo, pues si no dicen jamás Atlético, mucho menos van a decir Xóchitl.
Terminarán españolizándolo, como hacen con cualquier sustantivo que no sea de origen ibérico, o quizás no estarán por la labor y simplemente terminarán refiriéndose a ella como la Encantadora Señorita Viaggio.
© 2013, Malcolm Peñaranda.
Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-10231120792067121242013-10-13T00:19:00.000-07:002013-10-13T00:19:07.415-07:00<iframe src="http://files.bannersnack.com/iframe/embed.html?hash=bdclvaq0&bgcolor=%23006600&wmode=opaque&t=1378245264" width="160" height="600" seamless="seamless" scrolling="no" frameborder="0" allowtransparency="true"></iframe>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-38053497965309269922011-01-20T22:48:00.001-08:002011-01-20T22:48:44.059-08:00Quién te dijo a vos que las princesas planchaban?Serie: ESCENAS DE CIUDAD <br />Ciudad Escenario: Medellín, Colombia<br /><br />Patricia es una de esas mujeres que impactan desde la primera vez que las ves.<br />Es alta, bella, elegante y de nariz respingada esculpida por algún cirujano.<br />Habla con propiedad y su conversación envuelve y entretiene.<br />Siempre viste a la moda y se pone tacones muy altos que te duelen a vos, aunque sea ella la que los lleve puestos. Tiene cuerpo de diosa y ambición de mortal.<br />Su pelo es abundante y ondulado. A veces parece tener vida propia y te recuerda el comercial del champú que hacía Farrah Fawcett.<br />Dejó de cumplir años a los treinta y cinco y calcularle la edad requeriría de un matemático, un esteticista, un antropólogo y una vieja chismosa.<br />Su piel es tan lozana como la de una quinceañera y su maquillaje es suave, resaltado por unos labios perfectamente delineados y humectados que complementan un labial rosáceo que pone en evidencia una boca sutilmente coqueta.<br />Sus uñas tienen siempre un esmalte de un color indescriptible, de esos que solamente conocen las mujeres y que a los hombres nos supera porque difícilmente manejamos veinticuatro colores, los que traía la cajita de Prismacolor que nos compraban en el primer año de escolaridad.<br />Nació en un pueblo del suroeste antioqueño llamado Ciudad Bolívar, que aunque no tiene nada de ciudad, tenés que denominar así porque los oriundos de dicho lugar se emputan si le decís simplemente Bolívar. Es un pueblo grande y bonito, enmarcado en las montañas majestuosas de nuestra zona cafetera y lleno de árboles, caballos y mujeres hermosas.<br />Ella siempre fue la más linda del pueblo, la más deseada, la novia perfecta para el médico, el ganadero o el político que quería ser alcalde. Su padre era uno de los ricos del pueblo y le dio una educación privilegiada en colegio de monjas. <br />Su inteligencia destaca tanto como su belleza. Habría sido una excelente economista y se habría podido ganar no un premio Nobel sino dos, porque su habilidad económica la envidiaría cualquier empresa o entidad financiera. Pero nunca quiso ir a la universidad. Ella no buscaba títulos, buscaba marrano, más concretamente, un tontohermoso que la sacara del pueblo y la trajera a Medellín a codearse con la alta sociedad.<br />Lo encontró en Rafael, un empleado público de medio pelo que era hijo de otro rico del pueblo y al que le veía un futuro brillante como ingeniero.<br />Princesa de pueblo como era, Patricia se hizo la difícil y él tuvo que echar mano de toda su galantería y de uno que otro bolero para poderla conquistar. Una vez me contó que se le volvió un reto tan grande que cuando le dio el primer beso, sintió que se había ganado una medalla de oro. <br />De hecho se la ganó, porque cuando un hombre con cara de cliente fácil se casa con una mujer tan bella e inteligente, su desarrollo profesional empieza a dispararse.<br />Ella lo sacó de sus círculos sabatinos y sus viernes parranderos y lo catapultó a los clubes sociales, las fiestas donde comen cosas que él no sabe pronunciar y las galerías de arte donde él bosteza mientras ella sonríe y de vez en cuando le da un codazo para que no la haga quedar como un zapato.<br />Apenas pudo lo obligó a crear una empresa de asesorías ingenieriles y lo empoderó con una serie de contratos que les dieron casa en barrio fino, finca en sector exclusivo y un apartamento en Cartagena que él compró a regañadientes pero que hoy enfatiza como la mejor inversión de su vida. Ella tiene tanta visión que debería ser inversionista o asesor financiero y no ama de casa.<br />Pero es allí donde más despliega sus habilidades. Ir a su apartamento es una experiencia para los sentidos. Lo ha decorado con tan buen gusto que te da temor hasta sentarte en uno de sus sofás con cojines hindúes porque pensás que vas a manchar de plebeyo los muebles de su castillo. <br />Su hogar huele a una mezcla de medio oriente y campiña francesa. Su cuerpo también lo perfuma con las carísimas fragancias de L’Occitane, una cadena francesa que aquí tiene como clientela principal a las dediparadas.<br />Ella es la perfecta anfitriona y sus fiestas hasta salen en las crónicas sociales porque le encanta invitar a personalidades criollas y a uno que otro extranjero que visita la ciudad y que ella conoce en conciertos, galas de beneficencia o eventos académicos a los que invitan al marido. <br />Sus fiestas las describe como “fantabulosas”, un adjetivo que quizás ella misma se inventó para destacar que son fantásticas y fabulosas al mismo tiempo.<br />Es entonces cuando me invita a su casa y lo hace a través del marido, quien termina de convencerme recordándome que un par de veces me referenció un buen cliente y que uno nunca sabe dónde puede encontrar clientes potenciales. Rafael habla inglés montañero y me las ingenio para rescatarlo de sus metidas de pata monumentales en las que confunde soccer con sucker o dice que un “electric ingeniér”. Jamás me paga pero no me siento usado ni estafado porque sus fiestas son un gana-gana. Él queda bien y yo me divierto observando la fauna social que podría inspirarme muchas historias. <br />El tipo hace lo que su princesita le manda y aunque no podría asegurar que todavía la ama porque es un perruncho consumado que salta de cama en cama, jamás se divorciaría de ella porque esa mujer está tan bien conectada que supera a la mejor relacionista pública de cualquier empresa. <br />Ella es una mujer de detalles y de fina coquetería. La ves en el funeral de la mamá de un empresario, en el cumpleaños de un niño rico, en el prom de la vecina de mejor familia, en el rescate de un parapentista que se quedó enredado en unos cables eléctricos y hasta en la cena de las orquídeas, un evento de caridad que congrega a lo más distinguido de la sociedad y al cuerpo consular de la ciudad.<br />Es la dama bien hablada, bien vestida y bien emperifollada que quisieras tener de amiga, pero ella siempre ha sido clara que “no tiene amigos sino amigas porque las mujeres son más interesantes y complejas mientras que los hombres somos seres predecibles que siempre pensamos con la “cabecita”, cambiamos el vino por la asquerosa cerveza y desnudamos con la mirada a cualquier culiparada que nos pasa por el lado”. <br />Ella se esmera por hacerlos sentir especiales en sus fiestas y les echa piropos sutiles porque sabe que alimentando el ego masculino los tendrá comiendo en su mano y engordando la cuenta bancaria de su marido, quien le paga los viajes de compras a Miami, las excursiones a Europa y a las civilizaciones antiguas donde ella se identifica con faraones, zarinas y reinas caprichosas y por supuesto, las cirugías que ya la hacen parecer hermana de su hija universitaria.<br />A su marido en cambio, lo entretiene con un six-pack de cerveza, un televisor gigante para ver los partidos de fútbol y una revista de “soft porn” a la que lo suscribió una vez porque se la encimaban con su suscripción de Jet-Set, Hola o cualquier revista de chismes que ella devora con avidez mientras comenta cosas como “qué impresión!”, “me moríiiiiiiii con este papasote!” o “mirá vos, quien ve a esta tan chiquita y tan cuqui-contenta!”. <br />Es una impecable administradora del hogar y maneja a su servidumbre con una campanita de cristal dándoselas de aristocrática. Merca en distintos supermercados y plazas de mercado y hace rendir la plata como ninguna. Pero jamás aprendió a hacer ningún oficio doméstico y ni siquiera sabe cocinar. Cuando la empleada del servicio se enferma y no encuentra remplazo de última hora, se lleva la familia entera a un restaurante o pide domicilios. Si su esposo se pone pesado pidiéndole labores domésticas que derrumbarían su balcón de Julieta tropical, ella le grita su espectacular frase de combate:<br />Quién te dijo a vos que las princesas planchaban?<br /><br />© 2010, Malcolm Peñaranda.Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-31560232252474026862011-01-20T22:47:00.001-08:002011-01-20T22:47:54.974-08:00GOMELOS, CONCHETOS AND SIFRINAS: A NEW SOCIETY?Series: City Scenes<br />Cities: Caracas, Buenos Aires and Medellín.<br /><br />How far are those days when youth used to be a symbol of liberty, pride and willingness. Today it seems to have become a symbol of plastic glamour and artificial seduction. But the values, the common sense and the commitment to these days of dark sunsets in a nation going nowhere, just disappeared. And all this wave of ridiculous materialism and clichés, to our amazement, is highly supported by the wealthy families of Colombia.<br />As any other material trend, the phenomenon of gomelos, conchetos and sifrinas was imported by those so-called “misfit” students of Los Andes University in Bogotá. Where did it begin? In the luxurious and sophisticated sector of Las Mercedes in Caracas (Venezuela) as well as in the high-class neighborhoods of Buenos Aires (Argentina). It all started as a kind of imitation of the lifestyles presented in famous American TV series of the 90s such as “Melrose Place” and “Beverly Hills 90210”, which are being produced again in 2010 with a brand new cast. It was funny to see those beautiful Venezuelan girls dressed exactly equal to any Beverly Hills movie star. They would drive around and around Las Mercedes in their sports cars and would wait for the exact moment when the businessmen of Chacao arrived in the discos, to get in there walking as if they were top-models. Their entire talk was focused on their trips to Miami and the French Riviera and the big amounts of expensive clothes their daddies would buy for them in the most expensive boutiques of Caracas. They were called “sifrinas” and the poor people of Venezuela started associating them with Irene Sáez, the ex-Miss Universe who was elected as the mayoress of Chacao, one of the municipalities of the Metropolitan area of Caracas. Later, this kind of cult to Mister Vain touched the boys too. No longer than a month later, they were imitated by the yuppies of Buenos Aires and Bogotá, where they were called “conchetos” and “gomelos”. At the beginning, you could only see them in the bars of Zona Rosa and the hallways of prestigious universities like Los Andes, Javeriana or El Rosario. Today, they are everywhere in the North of Bogotá, El Poblado, Unicentro and La Mota in Medellín, Jardín Plaza and Chipichape in Cali, El Paraíso in Barranquilla, Cabecera del Llano in Bucaramanga and El Laguito in Cartagena. <br />How can you identify them? Well, it’s very easy. They always talk as if they were chewing gum, they always wear clothes with famous brands, sometimes they ride Harley-Davidson motorcycles, sometimes they wear just blue jeans and a white T-shirt. They always carry a Blackberry cellular phone or drive a fancy car. They will always act as if the world turned around them. They will always go to the best pubs and discos in Medellín, no matter if they only have money to drink a couple of beers. They always study or dream of studying in universities like Eafit, Ces or Bolivariana and their opinions on different topics will highly depend on what their “daddies” think about those topics. <br />It is like a carnival you can’t miss any Friday night at places like Melodie B (near Parque Lleras), Babylon (Las Palmas Road) or Blue Rock (10th Street in El Poblado), where you will see the most beautiful sifrinas of Medellín acting as if they were the sisters or cousins of Paris Hilton, Valeria Mazza or Naomi Campbell. And it’s just then when you start thinking: is this our youth, so empty, so shallow? Or is it just a new society? <br /><br />© 2010, Malcolm Peñaranda.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-41853313389434079092011-01-20T22:44:00.000-08:002011-01-20T22:46:46.074-08:00Babel bajo el gazeboSerie: ESCENAS DE CIUDAD <br />Ciudad Escenario: Buenos Aires, Argentina.<br /><br />Volver a Buenos Aires era como regresar al calor de un verano real.<br />Un verano donde la calidez de los amigos calentaba más que el mismo sol.<br />El clima estuvo inmejorable pero una tormenta de emociones estallaba en mí.<br />Le pregunté a Nadia y a Sergio si mi camisa era la apropiada para la ocasión. <br />Me peiné los tres pelos de mil maneras para dar una buena impresión.<br />Me sentía como si asistiera a una entrevista laboral, a una primera cita y como si le estuviera pidiendo la mano a una princesa, todo al mismo tiempo y en el mismo lugar.<br />“Tenés que calmarte, loco! Qué van a pensar de vos?”, me dije una y otra vez. Los locos no escuchan. Ni siquiera las voces en sus cabezas.<br />Una fiesta de bienvenida en mi honor! El sólo pensarlo me parecía lindo, un gesto impagable de mis colegas y amigos. Tan sólo ver el alboroto que armaron en la lista cuando anuncié mi visita y les pedí que llevaran solamente comidas y bebidas argentinas para la joda, me emocionó hasta las lágrimas. No podía creer que se esmeraran tanto para sorprenderme. Merecía yo tales honores?<br />El momento llegó y me sentí más emocionado que aquella vez en la que asistí a una entrega de óscares. Esta vez iba a conocer en directo a todas las celebridades y por supuesto, las tenía que abrazar y besuquear. Un sueño hecho realidad. Tantos colegas y amigos que he admirado durante años, apenas a un abrazo de distancia!<br />El trayecto hasta la casa de Mariana se me hizo eterno, pese a que Sergio se esmeraba por mostrarme cosas nuevas de ese Buenos Aires que yo redescubría.<br />Al llegar tomé una foto de la casa, cosa que nunca hago, porque me parecía un sueño estar allí. Quizás era mi momento. Momento para la posteridad.<br />La casa era enorme y la anfitriona inmejorable. Mariana resultó ser una traductora muy inteligente, súper amable y mucho más joven de lo que imaginé. Su sonrisa dulce nos dio la bienvenida a un escenario cálido y acogedor.<br />Subir al segundo piso de la casa a través de una estrecha escalera de caracol fue todo un reto que superamos sin tragos en la cabeza. Bajarla fue otra cosa: un sutil acto de movimientos acompasados y suicidas después de los cuales querías gritar: “prueba superada!” al coronar el último escalón.<br />El segundo piso de la casa era una gran terraza en la que nuestra adorable anfitriona había preparado dos ambientes con esmero. Uno de ellos era el gazebo, donde nos acomodamos la gran mayoría y al que luego accedieron los demás cuando los invitados empezaban a irse.<br />Cada uno de ellos causó una impresión imborrable en mí. Cada uno de ellos dejó una huella indeleble en mi alma. Cada uno de ellos abrió una portezuela hacia un jardín secreto en el que quise oler y apreciar cada una de las flores. Quería robármelas y traérmelas a casa para iluminarla el resto del año. Pero un chico bueno no roba, si mucho pide prestado. Total, la aduana no me las dejaría pasar.<br />Con pocos minutos de diferencia, mis estrellas empezaron a llegar para deslumbrarme. Algunas ya estaban allí. Otras tímidamente brillaban desde lejos y yo queriendo bajarlas para pedirles un deseo.<br />Susi, la gran organizadora del evento y especializada en jodas, resultó ser una dama bella y elegante que no sólo admirás por su belleza y su desvivirse por hacerte sentir especial, sino por sus aportes y esa conversación mezcla de tino y elocuencia.<br />Bernie, con sus ojos llamativos e inmensos como el océano, me sorprendió no sólo con su verbo impregnado de gran trayectoria académica, sino con su personalidad afable que te hace sentir como que la conocés desde hace mucho tiempo.<br />Delia en cambio, es de más bajo perfil, parece tímida pero cuando rompés con ella el hielo, descubrís una dama adorable y de sonrisa amistosa.<br />Victoria, la dulce Victoria, con quien no pude conversar tanto como yo quería, dejó en mi recuerdo su mirada melancólica y esas ganas de abrazarla que aún hoy guardo.<br />Annie, la autora de tantas crónicas que me han divertido en mi insomnio traductoril, estuvo un tanto tímida y alejada esa noche. Tal vez mi lenguaje corporal no alcanzó a transmitirle lo mucho que quería disfrutar de su compañía y de su charla esa noche.<br />Gabriela Mejías por su parte, resultó ser abrazable, adorable y pellizcable. <br />Pepelú, aparte de su experiencia interpretativa, mostró su conocimiento de vinos y su encanto que hacía que varias de mis colegas lo rodearan.<br />Gladys estuvo un poco tímida, pero cada que podía le sacaba unas cuantas palabras.<br />María Emma y su esposo prodigaban simpatía y hasta me dieron tips para aprovechar mejor los encantos porteños.<br />Ruth, la traductora de alemán, al igual que Carmita, Virginia y la otra Susana, me sorprendieron con su conversa agradable.<br />Cada uno de mis colegas se esforzó por hacerme sentir bienvenido y querido. <br />María Clelia, luego de haberme mostrado pacientemente sitios claves de Buenos Aires, me daba vuelta de vez en cuando para asegurarse de que la estuviera pasando bien y probando cada ricura de la abundante comida.<br />Con ella me devolví a casa de Sergio en el taxi. Despedirme de ella era como una especie de déjà vu extraño. Era como decirle adiós a Cynthia en Nueva York, a Raschid en Londres o a Hannes en Amsterdam. Escenas de despedida en un taxi, caleidoscopios de emociones fraternales con hermanos que te da la vida.<br />Llegar luego a la casa del gran hermano fue estar envuelto en ese calor de hogar con el que me rodeó esa familia que me acogió y adoptó con tanto cariño.<br />Hoy, casi dos años después, la cascada de emociones sigue bañándome y renovándome para hacerme recordar que al sur del sur existió una Babel bajo un gazebo, unos seres inmensos que te hacen sentir en casa, una brisa de verano que no tumbaría torre alguna, una variedad gastronómica que te queda en el paladar y en los cinco sentidos, una bebé adorable que empezás a querer como si fuese tuya, un alimento para el alma que nunca querés digerir y un palpitar de un corazón que te grita que tu casa está donde están tus afectos.<br /><br /><br />© 2010, Malcolm Peñaranda.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-53446535274241548532010-01-29T15:58:00.001-08:002010-01-29T15:58:36.604-08:00A CIDADE DA ALEGRIAA cidade da alegria<br /><br /><br />Serie: Escenas de Ciudad<br />Ciudad Escenario: Porto Alegre, Brasil<br /><br />Volver a Brasil después de tantos años fue como lanzarse a un océano nuevo.<br />Cuarenta años de recuerdos me atropellaron como un camión doble-troque y me levanté de la embestida como se levantaba el coyote en las caricaturas.<br />Entrar en este colapiscis de sabores, olores y colores tan diversos era como entrar a un mercado persa en el que no sabés qué comprar.<br />Mi lado brasilero despertó y me sentí un poco en casa, pero más como cuando regresás a casa después de una larga guerra y encontrás que tu casa cambió, que ya no están los viejos muebles, que los vecinos te miran con cara de “y vos quién sos?” y que las calles parecen ser las de una dimensión desconocida.<br />Brasil, meu Brasil. Un colage de identidades paralelas y a la vez disímiles. Un nación en proyecto donde los grupos étnicos dicen vivir en armonía pero todavía se muestran los dientes. Un país que se dice pacífico pero donde sus diez metrópolis registran a diario interminables guerras urbanas.<br />Mi primera faena cultural es una cena navideña con una familia de mormones.<br />Son muy amables, respetuosos y moderadamente abiertos. Les asombra que yo haya estado en Salt Lake City y conozca la mecca mormona mejor que ellos mismos.<br />La comida es abundante y deliciosa. Descubro que el salpicón para ellos es una ensalada mientras que para nosotros es una mezcla de frutas. Pruebo un nuevo animal: el chester, un curioso híbrido de pavo y gallina. Sabe bien. Me divierte el colorido del vestido de la anfitriona. Cuando pido que me pongan samba para ambientar la reunión descubro el racismo manifiesto en Robson, el muchacho de casa, quien dice que sólo baila samba con los dedos, porque es música de negros y aunque le suena bien, no le entra en el cuerpo.<br />En los días que siguen exploro la ciudad de la alegría para darme cuenta que ese eslogan se ha vuelto una utopía, que la gente sonríe poco y que la alegría ya no es brasilera. El crisol de razas, culturas y clases sociales no se mezcla del todo y las clases sociales son más marcadas que en muchos lugares del continente. El sistema de transporte es increíblemente organizado y cada bus urbano y vagón del metro tiene poemas que hacen los largos viajes menos tediosos. La ciudad es larga y estrecha como Chile, un chorizo lleno de edificios y gentes que van y vienen las 24 horas del día. Es casi tan grande como Medellín, pero mucho menos industrializada. El centro es horrible, como en cualquier ciudad grande. Entrar a los baños públicos es una aventura fétida de la que huís espantado y evitando respirar para no aspirar esos olores. La gente va siempre ensimismada y pasás completamente desapercibido. Mi portugués está más fosilizado de lo que imaginaba. Intento pequeñas empresas comunicativas y termino hablando portuñol o diciendo alguna insensatez. El calor es insoportable y el barullo de ciudad alcanza a alienarte.<br />Entrar en un banco, local comercial o cualquier espacio con aire acondicionado es entrar en el cielo. En Brasil todo es grande. Todo. Empezando por las distancias e incluyendo los almuerzos “a la minuta” en los que sirven en cantidades alarmantes, como si estuvieran llenando camioneros.<br />El metro es viejo y se asemeja más a un tren de cercanías. Al entrar en él empiezo a sentir los brasileros más cercanos, menos tangenciales. En una de las estaciones empiezan a acecharme con miradas escrutadoras. Había olvidado que en este país te hacen el amor sólo con los ojos, sin quitarte la ropa, sin tocarte siquiera. Miradas que me estrujan y violentan mi interior convirtiéndolo en un volcán en erupción. Pasan cuatro estaciones y dejo de sentir el ruido del tren para sentir el torrente de mi sangre que como lava pugna por salir de mi cuerpo. El bulto ya es indisimulable y la eyaculación amenaza con manchar mi pantalón. Recurro a una técnica tántrica para inyacular en vez de eyacular. El agua de vida salpica mis entrañas y fustiga mi cachondeo de latino caliente e insaciable. Es el momento en que el tren llega a su estación final: São Leopoldo. Me incorporo avergonzado como adolescente al que han sorprendido masturbándose. No hay kleenex. No hay silicio. Tan solo un sol candente que revuelve un cuerpo recalentado.<br />La política en estos lados es narcotizante. El pueblo vive de ilusiones y utopías. La maquinaria mediática del presidente Lula da Silva es imparable. Afuera se le asume como el redentor sudamericano, aquí se le ve más como el anciano marrullero que le da de comer a las palomas en el parque. Les tira pedacitos de felicidad y bienestar, pero el pueblo sigue empobreciéndose empeliculado con el cuento que se inventaron los economistas de que Brasil será ahora la nueva potencia del mundo. Tanta riqueza no se ve en la gente de a pié, que sigue sobreviviendo con sueldos miserables y productos básicos carísimos. La izquierda les mintió tanto como les mintió la derecha y ahora el exsindicalista se codea con los empresarios poderosos y llena su bolsillo izquierdo con los reales que le niega al sistema de salud que beneficia a los más pobres. Es tan corrupto como los anteriores, pero le apuesta al continuismo con una candidata títere que hará su voluntad y mantendrá su clientela mientras la constitución le permite volver. Al pueblo le seguirá dando pan y circo. Los payasos seguirán sonriendo aunque lleven en sus sienes coronas de espinas. <br />Ir a una playa de los alrededores es una experiencia particular. Tramandaí, a menos de dos horas de Porto Alegre en autobús, es una playa donde voy para hacer el ritual de las siete olas, pero no siento muchas ganas de sumergirme en un mar marrón y llego de algas. A praia do povo le dicen los locales. No hay garotas gostosas como imaginan en el resto de Latinoamérica. O se engordaron todas o simplemente las superaron kilométricamente las que ves en las playas caribeñas. Estas, al parecer, no han captado la estética de playa que impera en el Caribe. Pasean desvergonzadamente sus michelines con trajes de dos piezas que te hacen pensar que la moda sí incomoda. Los hombres exhiben sus barrigas como trofeos bávaros y sus pieles son de un blanco ofensivo. Ni siquiera tienen el rosado camarón de los blancos insolados en otras latitudes. Dan ganas de importarles el aceite de coco que venden las negras en Cartagena y que le garantizan a nuestras musas un perfecto bronceado.<br />El aire del mar me renueva y recargo energías para dar un salto largo hacia mi próximo abismo, Brasil adentro, donde moran los fantasmas y los recuerdos te rondan como dragones a chinos esqueléticos que todo lo resuelven con artes marciales. Mi sable no alcanza a rozar siquiera la piel dura del destino.<br /><br />© 2010, Malcolm Peñaranda.<br />FOTOS:<br />http://www.facebook.com/home.php?#/album.php?aid=7002&id=100000449473071Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-69060822786050727312009-04-03T21:22:00.000-07:002009-04-03T21:23:07.784-07:00Amores BatraciosAmores Batracios<br /><br />Serie: Escenas de Ciudad<br />Ciudad Escenario: Los Ángeles, California.<br /><br />Si algo tenían en común aquellas tres mujeres era lo soñadoras.<br />A veces parecían vivir en un cuento de hadas en el que ni eran felices ni comían perdices.<br />Las tres eran inmigrantes, bellas y estaban en edad de merecer.<br />Eran tan exigentes que siempre te preguntabas si estarías a la altura de ese supra yo que ellas proyectaban de vos.<br />Cuando las conocí me las presentaron como “las tres tristes tigresas” y como al principio no entendí totalmente el porqué de la etiqueta, tuve que utilizar todos mis conocimientos de sicología para descifrar cada enigma de mujer que ellas representaban.<br />Era como entrar en el laberinto del minotauro, pero sin minotauro y sin burladeros, rastrillando los pies como toro bravo para no dejarse devorar de las tigresas.<br />Marietta, la salvadoreña, era una médica medianamente exitosa que a veces hacía de uróloga aficionada. Desde que había migrado de su El Salvador en guerra, tenía como única meta encontrar a su príncipe azul aunque para ello tuviese que besar muchos sapos y uno que otro viejito verde.<br />Hablaba inglés perfectamente pero cuando quería conquistar un gringo visajoso recurría siempre a su frase de cacería número 13: “I don’t speak much English, wanna teach me some?”. Lo decía con acento y más parecía una wetback que una residente retrechera. Si el ganoso de turno se hacía el interesante, recurría entonces a su infalible juego del “tequila caliente” porque era una convencida de que un ombligo apetitoso vale más que mil palabras.<br />Lola, la española, era una divorciada acomodada que vivía de un salón de belleza que de vez en cuando administraba y del sudor de su exmarido, un macho vulgar y superficial que gastaba parte de su fortuna en callgirls y masajistas pajeras.<br />Ella en cambio, se derretía por los texanos o por cualquier hombre que tuviera pinta de vaquero y que pudiera cabalgar cual potro salvaje. No necesitaba hablar. Le bastaba su mirada lasciva y sus labios carnosos para conseguir lo que quería. Jamás se le resistió hombre alguno. A todos los despojaba de su ropa interior que luego etiquetaba y guardaba en un cuarto como sus trofeos de guerra. Tenía un pantaloncillo negro que decía Bruce Willis y juraba que se había acostado con él, que le había hecho el “combo” y que el tipo tenía el fetiche de los pies.<br />Sandra, la colombiana, era tan ilusa como irresistible. Trabajaba como ejecutiva en un banco y a menudo rompía el dress code poniéndose faldas arriba de la rodilla para dejar ver sus piernas perfectas que desconcentraban a cualquiera. <br />Recién llegada a Los Ángeles soñó con ser actriz y volverse famosa de la noche a la mañana. Empero, jamás se acostó con ningún director para obtener un papel, aunque propuestas no le faltaron. Ella sabía que al hacerlo solamente obtendría el papel de amantonta de ocasión. Había migrado a los Estados Unidos porque estaba harta del machismo de los colombianos y decía que no quería terminar sus días como la típica ama de casa latina. Insistía en que los gringos y europeos eran menos machistas y que la valoraban más por sus opiniones que por sus atributos físicos. Pobre ilusa.<br />Cuando las tres tigresas salían juntas de cacería se convertían en auténticas depredadoras que devoraban cualquier hombre que cumpliera por lo menos siete de los diez requisitos que habían escrito conjuntamente. Sin pensarlo, se habían convertido en espejos de esos hombres que se acuestan con docenas de mujeres porque creen que a través del sexo encontrarán la mujer ideal, aquella de la que se enamoren porque resulte ser una especie de “virgen con experiencia”, una contradicción de cazador cazado que no piensa con la cabeza sino con la cabecita.<br />Ellas los buscaban altos y bien parecidos, pero a veces se conformaban con feos inteligentes o enanos con sorpresa. Jamás lo hacían borrachas ni aceptaban faena sin “sombrero” porque decían que preferían morir asesinadas que víctimas de Sida.<br />Intentaron tantas fórmulas. Experimentaron tantas nacionalidades. Se metieron en medio de tantas parejas. Y besaron tantos sapos! Pero ninguna de las tres coronó su príncipe y terminaron mal casadas, bien divorciadas y cantando “It’s raining men” a todo pulmón en cualquier bar con rocola donde sirvieran buenos martinis. La última vez que hablé con ellas por teléfono estaban en Daytona a la caza de adolescentes cachondos en spring break. Nunca cambiaron. Nunca cambiarán. Y espero que nunca lo hagan porque son infinitamente divertidas.<br /><br />© 2009, Malcolm Peñaranda.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-56405372926277293672009-04-03T21:20:00.000-07:002009-04-03T21:21:47.098-07:00MorbolocoMorboloco<br /><br /><br />Serie: ESCENAS DE CIUDAD <br />Ciudad Escenario: Barranquilla, Colombia.<br /><br /><br />Su verdadero nombre es Jose, o tal vez José, pero en nuestra Costa Atlántica<br />jamás lo pronuncian con la e acentuada. Pocos saben su nombre sin embargo, pues<br />todo el que lo conoce lo llama Morboloco, su bien merecido apodo que le<br />chantaron desde el colegio.<br /><br />Y es que desde niño era morboso y loco divertido. Todo un atravesado, como<br />diríamos aquí. Me contó muerto de la risa como a los doce años se ponía una<br />pantaloneta a la que intencionalmente le rompió el bolsillo derecho y luego le<br />pedía a sus primas que le buscaran la plata para pagar el “bolis” y lo que<br />encontraban era sus bolas y su pirulín listo para la acción.<br /><br />Desde niño las mujeres lo han detestado o lo han amado, pero a ninguna le ha<br />sido indiferente. Para los hombres es como una especie de héroe al que a veces<br />admiramos por su atrevimiento pero del que nos avergonzamos por su ordinariez.<br /><br />Cada una de sus locuras nos divierte aunque al mismo tiempo nos dé vergüenza<br />ajena. A veces nos preguntamos si sus neurotransmisores están orientados a algo<br />más que al sexo y al placer.<br /><br />Como buen costeño, es fresco y locuaz. Es alto y medianamente atractivo, aunque<br />se cree galán de pueblo. Camina con su tumbao y a veces te preguntás si al<br />hacerlo está escuchando la canción de Melrose Place o Staying Alive, la<br />legendaria canción de Bee Gees que identificó a la película Saturday Night<br />Fever.<br /><br />Usa lociones frutales y se peina a lo “no me jodás” para no pasar por<br />metrosexual. Jamás va al gimnasio porque dice que hace tanto ejercicio<br />horizontal que para qué más. Admira a Marc Anthony por “comerse” a Jennifer<br />López siendo un flaco feo y desgarbado y asegura que él no la habría preñado con<br />gemelos sino con trillizos. Su ropa es de caribeño super cool y sus zapatos<br />siempre están impecablemente lustrados.<br /><br />Estudió estadística en una universidad privada del interior del país donde dejó<br />varios corazones rotos, mujeres emocionalmente envenenadas y comprobó aquella <br />estadística de que la píldora no siempre funciona. Es de los que creen que quien<br />debe cuidarse es la mujer, no él.<br /><br />Consiguió un buen trabajo en una entidad estatal y trabaja en una oficina<br />lúgubre donde la única alegría es él. Los viernes, como les está permitido ir<br />con otra ropa y a las mujeres toman a pecho lo del viernes casual y se ponen<br />faldas cortas por el insoportable calor que hace en Barranquilla, él se pone un<br />espejito en el zapato, cual adolescente de secundaria, y se para muy cerca de<br />sus compañeras en el cafetín para deleitarse viéndoles los panties e imaginarse<br />el “peluche” o “la calva de sonrisa vertical”. Ninguna lo abofetea porque ya se<br />cansaron de hacerlo y comprobar que eso, antes que cambiarlo, lo excita<br />profundamente. Rita, la paisa, incluso lo reta y abre un poco las piernas<br />diciéndole “mirame pues el pinguiñono, Morboloco y calmá las ganás enfermizas<br />que tenés!”.<br /><br />Él no se intimida con los escándalos, pero prefiere las mujeres tímidas a las<br />temidas. Cuando va por la calle piropea igual a las colegialas y a las<br />solteronas ganosas porque dice que una hembrita buena no tiene edad. Si va con<br />sus amigotes las clasifica con su ranking currambero: “dos patacones” para las<br />culiperfectas, “patacón y medio” para las que están buenas y “un patacón” para<br />las que apenas si cumplen sus mínimos requisitos o que necesitan<br />“embellecedores”, varios tragos de ron blanco.<br /><br />A veces lo admirás por su desfachatez, a veces lo odiás por su machismo<br />excesivo, pero como personaje, es divertido e insólito. No podés ser indiferente<br />a sus sandeces y a su morbo subido. Dice que sería feliz en la mansión Playboy y<br />que si muere de infarto, que ojalá sea encima de una rubia despampanante.<br /><br /><br />© 2009, Malcolm Peñaranda.Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-28143664880381512232008-07-11T19:43:00.000-07:002008-07-11T19:43:41.822-07:00Crónicas de Bled - fotos de Tomaz Fischinger: Flores silvestres<a href="http://peru-usa-eslovenia-cronicas.blogspot.com/2008/07/flores-silvestres.html">Crónicas de Bled - fotos de Tomaz Fischinger: Flores silvestres</a>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-71122938339446233872008-07-09T20:01:00.000-07:002008-07-09T20:02:55.803-07:00Homo Traductorens<h1 style="text-align: center;" align="center"><span style="font-size: 18pt; font-family: "Lucida Handwriting";" lang="ES-CO">Homo Traductorens<o:p></o:p></span></h1> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Serie:<span style=""> </span>ESCENAS DE CIUDAD <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ciudad Escenario: <span style=""> </span>Medellín, Colombia<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">En una estrecha oficina de profesor de universidad pública <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">se refugia un hombre que imaginás un poco Ícaro, un poco unicornio.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Es una especie rara, en vía de extinción más no de rendición.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Conocerlo es quererlo y quererlo es tenerlo en ese pedestal infranqueable<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">en el que sólo ubicamos aquellos seres humanos que nos deslumbran.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Me enseñó que traducir es hacerle el amor a las palabras<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">y que el que juega con el verbo ensalza el cuerpo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Jamás se le oye hablar mal de nadie y de aquellos que tienen muchos<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">defectos y miserias, simplemente asegura que son seres en evolución.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cuando me lo presentaron se me describió como poeta de emociones ajenas <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">y luego me explicó que el que traduce interpreta lo que la novia tímida no dice ya sea por pudor, por pobreza lexicográfica o por ser emocionalmente analfabeta.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">De las viejas paredes de ladrillo de su oficina cuelgan frases célebres y pedazos de poemas en varios idiomas y estilos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Te recita de memoria los poemas de Rimbaud y te hace estremecer con su voz cansada que suena a llamado de arcángel en perfecto francés.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Jamás ha salido del país pero te habla cinco idiomas con mejor acento y entonación que vos, que yo y que muchos hablantes nativos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Su gran talento lingüístico lo hace parecer un diccionario de sinónimos con corazón.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Se ha dado el lujo de traducir desde panfletos incendiarios hasta novelas de temáticas diversas, pasando por aburridos ensayos filosóficos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Si la universidad tuviese cuerpo sería el suyo porque su mente alberga tantos saberes como placeres y jamás se cansa de leer o de aprender.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Con él podés hablar de economía, de arte, de medicina y de los tres tabúes latinoamericanos: sexo, política y religión.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Es un firme convencido de que si las mujeres tienen un sexto sentido, los hombres tenemos un sexo sentido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cada domingo lo podés ver en Campos de Paz, hablándole a la tumba de su difunta esposa, recitándole a Neruda o explicándole a Goethe.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Tiene un hijo calavera, como tantos traductores, quien pese a rondar ya la trentena no se ha graduado de ninguna carrera y parece estudiante eterno.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cuando abrieron el programa de traducción y le asignaron su cátedra de traductología pensábamos que le daría un infarto de tanta emoción contenida.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Era como si a un niño pobre le hubiesen comprado el juguete más caro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Durante semanas enteras ensayó y preparó sus clases y a todos sus colegas nos preguntó: “creés que con esto los cautivaré o tendré que comprarme una guitarra?”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sus clases son una experiencia única, irrepetible y sus alumnos lo admiran y lo respetan como al abuelo sabio que quizás nunca tuvieron.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Es estricto y exigente, pero jamás hiriente.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">A los aprendices de traductor como yo nos da lecciones de estilo, de redacción, de lógica gramatical, de manejo de clientes torpes y sobretodo, de vida.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Alguna vez me dijo que había matado ya al dragón y ahora me asustaba con el tigre.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">En tono severo que se me antojó a la vez dulce me sermoneó: “mirá vos, escribiste novelas, cuentos y crónicas y ahora te dejás embestir por un simple texto?”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Dice que si la reencarnación existe y vuelve a nacer, escogerá ser traductor, porque Dios lo escogió a él para que le imprimiera a las palabras un toque celestial.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Podés catalogarlo de divino sin temor a blasfemar, porque su sapiencia, su sonrisa benévola y su inagotable deseo de ayudar a los demás son la prueba de que Dios existe.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Su amor por los animales te enternece y te vuelve cómplice de sus caprichos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Tiene una mascota ajena que a la vez es pública porque no es de nadie.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Es una perra chandosa que desayuna de sus sobras y se echa a sus pies a hacer la siesta.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">La mayor parte del año vive sucia y desaliñada, pero en diciembre él mismo la baña y la acicala para ponerle un vistoso moño rojo que simboliza la navidad y el amor.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cuando le preguntás por qué no la adopta totalmente y se la lleva a vivir con él,<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">te responde que la quiere tanto que si la tuviera en casa perdería su objetividad y ya no podría regañarla por perseguir gatos y palomas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Añade que en su casa sólo tiene espacio para el recuerdo de su gorda linda y para uno que otro libro que le refuerza la idea de que los seres humanos sí podemos ser inmortales.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">A veces pienso que los traductores tenemos tanto amor para dar que lo volcamos en mascotas, plantas, amantes y hasta en alumnos desagradecidos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Que se revuelquen los romanos en sus tumbas que hoy me deben estar condenando por este mal uso del latín, pero ante sus embestidas verbales de ultratumba solamente puedo refutarles, si existe un homo sapiens, por qué no un homo traductorens?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">© 2008, Malcolm Peñaranda.<o:p></o:p></span></p>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-4140474064381236182008-07-09T20:00:00.000-07:002008-07-09T20:01:03.925-07:00Camargo El Amargo<p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><b style=""><span style="font-size: 18pt; font-family: "Lucida Handwriting";" lang="ES-CO">Camargo<span style=""> </span>El<span style=""> </span>Amargo<o:p></o:p></span></b></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Serie:<span style=""> </span>ESCENAS DE CIUDAD <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ciudad Escenario: <span style=""> </span>Colón, Panamá<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Despertar en cualquier ciudad latinoamericana tiene un toque común.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Es quizás el sabor de una gastronomía tan diversa como exquisita.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Tal vez el color de un cielo que usualmente es azul o policromático.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">También puede ser el olor, ese olor a trópico que aún en la gélida Buenos Aires se transforma en un olor a río que parece mar y que se mezcla con el de edificios viejos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Otra cosa es despertar en el infierno. Y es que Colón literalmente lo es.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">No he conocido ciudad más desagradable en el continente americano. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Pensaba que haber estado en India, Bolivia, Nicaragua y Checoslovaquia habían acorazado mi olfato sensible contra olores insoportables.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Lejos estaba de imaginar que existía Colón, un total atentado a los sentidos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cuando transitás por el centro de esta ciudad te das cuenta que la suciedad no conoce límites. Existen aguas negras y verdes represadas por doquier.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">La ciudad está llena de chinos cochinos y gente que come cualquier fruta y tira las cáscaras a la acera como si no les importara nada ni nadie.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Pero si te golpea el olfato desde el momento mismo que entrás a este puerto caótico, la vista no se queda atrás, pues no hay más que edificios viejos, medio demolidos, sucios y vandalizados donde supuestamente viven familias enteras.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Te encontrás con una zona franca que mueve millones de dólares que al parecer no alcanzan para hacer construcciones dignas que por lo menos no dé asco ver.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">La piel te la golpean el calor excesivo y la humedad de una selva húmeda tropical que parece estar a miles de millas de la civilización, cuando sólo la separan <st1:metricconverter productid="50 millas" st="on">50 millas</st1:metricconverter> de la capital del país por una carretera espantosa y tercermundista. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">La corrupción es evidente en todo el abandono que hace que la ciudad parezca congelada en los inicios del siglo XX.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Todo lo anterior es el caldo de cultivo para Salvador Camargo, un político mediocre que más bien es politiquero y manipulador como el que más.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Mis anfitriones panameños despertaban cada día con su programa de radio, un supuesto espacio noticioso en el que el sujeto despotricaba de todo Colón, medio Panamá y le sobraba lengua para analizar los demás países latinoamericanos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Como todos los politiqueros, tiene una solución para cada problema, por difícil que parezca. La palabra imposible no hace parte de su vocabulario.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Propone mil fórmulas para que la ampliación del canal de Panamá sea más rentable.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sugiere construir un muro entre Colombia y Panamá como el de México o Israel.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Opina que los panameños deben contrarrestar la arrogancia de los costarricenses con misiones culturales que muestren la riqueza cultural de Panamá.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Piensa que Chávez le debería vender gasolina barata a su país y que el Queen Elizabeth II debería traer además de turistas, a la mismísima reina de Inglaterra.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Su discurso trasnochado es como una diarrea verbal en la que uno se pregunta si el tipo respira al hablar, si conectó antes el cerebro o si habrá desayunado alacranes.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sus palabras denotan amargura por rivalidades políticas, celos profesionales y hasta violencia de género dado que a las mujeres las objetiviza cual galán de pueblo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">De vez en cuando hace referencia a los gringos y en su inglés chumeco cita una cantidad de documentos y leyes del congreso norteamericano que dice conocer.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Reitera que los gringos les devolvieron el canal pero no la soberanía y que el mundo entero los sigue viendo como el estado 51.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Les recuerda a sus oyentes por quién deben votar en las próximas elecciones, saluda a la comadre Evelia, le da consejos matrimoniales a un oyente y le habla del poder sanador de Jesucristo a otro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Aquellas mañanas recordé un dicho muy popular y muy racista que tenemos en Colombia: “no hay nada más peligroso que un negro con plata”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Me parece que se equivocaron, sí lo hay: un político con programa de radio.<o:p></o:p></span></p> <span style="font-size: 12pt; font-family: Arial;" lang="ES-CO">© 2008, Malcolm Peñaranda.</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-60281189651617319622008-07-09T19:59:00.001-07:002008-07-09T19:59:53.702-07:00Mujeres en tránsito<h1 style="text-align: center;" align="center"><span style="font-size: 18pt; font-family: "Lucida Handwriting";" lang="ES-CO">Mujeres<span style=""> </span>en<span style=""> </span>tránsito<o:p></o:p></span></h1> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Serie:<span style=""> </span>ESCENAS DE CIUDAD <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ciudad Escenario: <span style=""> </span>Medellín, Colombia<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Primera Escena <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Aleida es una costeña de racamandaca.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Liberal y liberada, aprendió desde niña a ignorar chismes y rumores.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">A sus cuarenta y tantos conserva un cuerpo que cualquier adolescente sueña.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Se maquilla acentuando su nariz y sus pómulos y su labial es de tonos rojos, rosas o violetas, lo que resalta su personalidad apasionada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Camina con contoneo de mujer coqueta y siempre culiparada. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Habla con voz pausada y oblitera su acento con expresiones muy paisas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">De su exmarido le quedó su posición social y el recuerdo de un gélido desempeño sexual que nunca equiparó su naturaleza volcánica. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ahora busca hombres apasionados, preferiblemente divorciados y maduros.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cayó en las garras de Felipe, un adolescente de 47 años, típico depredador sexual que vive su segunda adolescencia brincando de cama en cama y de década en década.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Él le propuso que fueran una pareja abierta y ella aceptó con la ilusión de enamorarlo con sus encantos y hacerlo cambiar de opinión.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ella en el fondo sabía que él nunca iba a renunciar a su harén ni a sus ansias de reafirmar aquello de que “entre más canas, más ganas”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Él se la gozó y agregó algunos capítulos a su diario de Casanova. Ella se empezó a enamorar y se alejó para no terminar siendo otro pedazo de carne.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ahora la podés ver en los casinos o en las más exclusivas boutiques de los centros comerciales, en tránsito hacia un hombre maduro y serio que quizás sólo exista en su utopía de mujer ardiente.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Segunda Escena<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cristina es la típica mujer escurridora que te divierte con su cinismo y desfachatez.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Tiene un principio de realidad tan fuerte que te quedás preguntándote si es una armadura o simplemente un signo de una personalidad realista y equilibrada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Siempre tuvo claro que entre soltera y solterona había muchos hombres de diferencia. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Por eso guardó debajo de la cama la decencia y se empezó a poner minifaldas a los catorce para irse a bailar y brinconear en las chiquitecas de su barrio.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Habla de su primera vez como si fuera un muchacho que presume de ello y saborea cada palabra cuando nos dice medio murmurando: “y me hizo venir!”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cambió al hombre de sus sueños por el barrigón de sus pesadillas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Hoy le apuesta a que su esposo se aburra de sus costosos antojos o de sus infidelidades.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Mala suerte. El tipo está más encoñado que soldado de sirvienta tetona.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ella no lo quiere pero lo disfruta y lo escurre, literalmente, porque dice que su gordo no solamente le encontró el punto G sino que ya hasta le exploró el paralelo Z.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Empero, Cristina también saborea cuanto ejecutivo desparchado encuentra en los bares de los hoteles de cinco estrellas, en tránsito hacia una galaxia repleta de hombres ricos y ganosos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Tercera escena<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Eliana se cansó de esperar a “Mister Right” y empezó a conformarse con “Mister Right Now!”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">El príncipe azul se le volvió viejo verde y canjeó las zapatillas de cristal por unas buenas prótesis mamarias que la hacen sentir como toda una reina.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ha estado en todos los grupos de “solos y solas” y ha chateado con toda clase de pervertidos. Hasta se fue a Bogotá un fin de semana para conocer a un ciber-amante que, según ella, le resultó “tamal sin carne” y la dejó iniciada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Es promiscua por naturaleza y selectiva por recomendación de sus amigas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Mira a los hombres de pies a cabeza y a todos les hace la ecuación de la colegiala.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Jamás sale a la calle sin maquillarse ni se pone chaquetas o sacos por mucho frío que haga afuera. Arguye que opacarían su “pechonalidad”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Intenta posar de intelectual y termina posando con una flexibilidad memorable.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Le encanta jugar a la botella y asegura que nadie baila como ella.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sigue apostándole a los gringos ilusos que vienen por estos lados buscando esposa bajo la premisa de que las latinas son hacendosas y casi tan sumisas como las asiáticas. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Se ha apuntado a mil cursos de francés que nunca aprendió pero se empezó a sentir francófona cuando memorizó la frase “voulez vous coucher avec moi?”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Se pavonea por los sitios más exclusivos en su Volkswagen último modelo, en tránsito hacia una autopista donde lluevan hombres todo terreno y el límite de velocidad sean sus combustibles ganas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <span style="font-size: 12pt; font-family: Arial;" lang="ES-CO">© 2008, Malcolm Peñaranda.</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-45261325989123398312008-07-09T19:57:00.000-07:002008-07-09T19:58:38.109-07:00El discreto encanto mendocino<p class="MsoNormal" style="text-align: center;" align="center"><b style=""><span style="font-size: 18pt; font-family: "Lucida Handwriting";" lang="ES-CO">El<span style=""> </span>discreto <span style=""> </span>encanto<span style=""> </span>mendocino<o:p></o:p></span></b></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Serie:<span style=""> </span>ESCENAS DE CIUDAD <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ciudad Escenario: <span style=""> </span>Mendoza, Argentina<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Mendoza es una de esas ciudades a las que uno quiere volver.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Situada muy cerca del Aconcagua, huele a montaña y a vino.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sus calles son limpias y agradables, invitan a caminarlas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Algunas tienen cafecitos encantadores donde tomarse algo es una delicia.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sus habitantes son increíblemente sencillos y te saludan con una sonrisa.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Te dan la bienvenida, te hablan de vino y de las tierras hermosas que rodean la ciudad sin ánimos de presumir o impresionarte.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Rápidamente te hacen olvidar la grosera bienvenida que te dan en la frontera andina entre Chile y Argentina.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Te perdonan incluso que no sepás mucho de vinos o de tango.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sus mujeres tienen piel bronceada y curiosamente las llaman “morochas”, siendo como son, de tez blanca y facciones caucásicas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sus hombres no van caminando apuradamente para llegar a algún lado sino que flotan con pasos calmados y hasta se detienen para tomarte una foto o darte información de algún lugar.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">No tiene el bullicio de las capitales y su tránsito es ordenado.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sus parques son apacibles y sus árboles te refrescan en verano.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">La ciudad entera se despliega ante tus ojos como mujer enamorada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Te querés pellizcar para averiguar si en realidad estás en una ciudad tan apacible y acogedora.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Te olvidás por completo del tiempo cuando te sentás en un café que tiene decoración parisina, atmósfera italiana y aroma de té hindú.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Te rascás la cabeza preguntándote cuál será la real diferencia entre un croissant y una medialuna.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Te dejás llevar por una suave brisa que sólo te suelta cuando vos te das cuenta que no estás en la proa de un crucero y que levantar los brazos te haría ver como un clon desmejorado de Leonardo Di Caprio.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Querés perderte entre el barullo italianizado de la gente y encontrarte en la majestuosidad de los Andes.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Pasan un par de días luego de tu partida, y todavía no te sobreponés al tener que poner los pies en la tierra, más aún cuando tus alas están impregnadas de ese discreto encanto mendocino.<o:p></o:p></span></p> <br /><span style="font-size: 12pt; font-family: Arial;" lang="ES-CO"><br />© 2007, Malcolm Peñaranda.</span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-6082488512796189682008-07-09T19:55:00.002-07:002008-07-09T19:57:09.343-07:00Herminda La Agorera<h1 style="text-align: center;" align="center"><span style="font-size: 18pt; font-family: "Lucida Handwriting";" lang="ES-CO">Herminda <st1:personname productid="La Agorera" st="on">La Agorera</st1:PersonName><o:p></o:p></span></h1> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Serie:<span style=""> </span><span style=""> </span>ESCENAS DE CIUDAD <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ciudad Escenario: <span style=""> </span>Medellín, Colombia<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Herminda es una de las mujeres más supersticiosas que he conocido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sigue cuanto agüero y creencia conoce, le cuentan o ha oído.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Su casa es un templo de amuletos, contras y<span style=""> </span>rituales<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">que adornan espacios, puerta, ventanas y ventanales.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Jamás le regala ni le pide sal a nadie porque dice que se sala;<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Tiene una contra del Indio Amazónico junto a un Cristo de Guatemala.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Con absoluta desfachatez religiones y creencias mezcla<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">y cuando le cuestionan su fe se pone de lo más molesta. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Las manzanas verdes nunca se las come;<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Las cuelga de sus plantas para que le avisen cuando el maligno asome.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Dice que si se empiezan a secar o a pudrir<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">es porque algún brujo o vecina chismosa la quiso destruir.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Se volvió más paranóica y agorera cuando a los veinte<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">su novio la dejó plantada en el altar ante mucha gente.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Era un martes y aquello de “ni te cases ni te embarques”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">dejó un siabor tan amargo como el del tamarindo de los Márquez.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Intentó encontrar una explicación en la religión, en lo oculto, en el chocolate<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">que lee juiciosamente mientras contempla su vestido blanco en el escaparate.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Vírgen se quedó y cada ritual de año nuevo siguió:<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">corrió con maletas, tres papas peló y doce uvas se comió<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Se bañó en el mar a medianoche y hasta muñeco de vudú se compró,<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">pero ni fumándole el tabaco con una pitonisa, su novio volvió.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Renunció entonces a los hombres y se refugió en sus mascotas;<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">hoy por hoy alimenta tórtolas y hace fuerza cada viernes cuando giran las balotas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Porque siempre compra un quinto de lotería y juega chance<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">con la firme esperanza de que el premio para pagar deudas le alcance.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Vive apretada con los pocos ingresos que obtiene de hacer edredones<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">pero tiene una planta de “milonaria” que cuida montones.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">También se compró una moneda china envuelta en una cinta roja<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">y los hilos de su móvil esotérico cada mes afloja.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Siempre barre de puertas para afuera y la basura nunca arrincona<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">y mucho menos barre sobre los pies de persona alguna para no dejarla solterona.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Suficiente tuvo con convertrise ella en una y a su nombre le ata<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">el que ahora además de solterona tenga nombre de beata.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Nunca pasa debajo de una escalera ni mucho menos debajo de un triángulo<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">y tampoco se deja fotografiar de perfil porque dice que no es su mejor ángulo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Le huye a los gatos negros y dejó de visitar a su prima cuando se le quebró un espejo<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">porque sintió que siete años de mala suerte no tenía por qué vivirlos su pellejo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Empero, una tarde un par de ladrones entraron a su casa y la drogaron<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">con escopolamina en su café y de sus joyas la despojaron.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Si hubiera probado hombre habría aprendido a ser más desconfiada<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">porque talismanes, sortilegios y agüeros la mantienen empeliculada.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Aunque afuera la gente convive con ellos y uno que otro mito<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">El que ella sea tan agorera les importa un pito.<o:p></o:p></span></p> <span style="font-size: 12pt; font-family: Arial;" lang="ES-CO">© 2007, Malcolm Peñaranda.</span><br /><span style="font-size: 12pt; font-family: Arial;" lang="ES-CO"><br /> </span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-8742196044963625162008-07-09T19:55:00.001-07:002008-07-09T19:55:44.491-07:00El Parque del Este<h1 style="text-align: center;" align="center"><span style="font-size: 18pt; font-family: "Lucida Handwriting";" lang="ES-CO">El Parque del Este<o:p></o:p></span></h1> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Serie:<span style=""> </span>ESCENAS DE CIUDAD <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ciudad Escenario: <span style=""> </span>Caracas, Venezuela<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">En medio de la jungla de cemento que es hoy la capital venezolana, <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">se sitúa el maravilloso Parque del Este, de la ciudad verdadera amalgama.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Un oasis de paz donde corvengen chavistas y opositores<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">pues allí no hay lugar para los rencores.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Algunos lo hacen escenario de sus romances.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">También hay quienes se reúnen con sus amigos para hablar de sus avances.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Otros hacen picnic con chicha de arroz, arepas y hayacas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Y hay hasta quienes se sienten tentados a llevar maracas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Algunos van allí a trotar o a practicar otros deportes,<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">pero también hay chamas gafas que a sus novios hacen aportes.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Otros se entretienen con su variada fauna.o en sus lagunas <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">mientras que “comidita pa’ los ojos” buscan algunas. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Para los niños hay atracciones diversas, <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Para los adultos en cambio, hay atracciones algo perversas.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Las pavas caraqueñas lucen blusas cortas que marcan sus pechos<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">haciendo que los viejos verdes salgan de allí más que arrechos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Los antiguos yuppies van a comerse su sandwich de mediodía<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">para hacerse a la idea de que están en Central Park todavía.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Quisieron que Caracas se pareciera a Nueva York en todo<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Y refugiados en esa nostalgia empinan hoy el codo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ya no se transportan en Mercedes sino en metro,<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">y en lugar de Hugo Boss visten trajes algo retro.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ya no hablan tanto Spanglish y en vez de cantar “Go West”<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">ahora parecen tararear el melancólico “Souvenirs de l’est”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <span style="font-size: 12pt; font-family: Arial;" lang="ES-CO">© 2007, Malcolm Peñaranda.<br /> </span>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-5472962830656718449.post-21067600631382992752008-07-09T19:52:00.000-07:002008-07-09T19:54:41.124-07:00Cannabis Street<h1 style="text-align: center;" align="center"><span style="font-size: 18pt; font-family: "Lucida Handwriting";" lang="ES-CO">Cannabis Street<o:p></o:p></span></h1> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Serie:<span style=""> </span>ESCENAS DE CIUDAD <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ciudad Escenario: <span style=""> </span>Medellín, Colombia<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cannabis Street , o la calle de la perdición, como le decían en el siglo XX,<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">no es más que un callejón que no alcanza a tener <st1:metricconverter productid="100 metros" st="on">100 metros</st1:metricconverter> de longitud.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ubicado estratégicamente en una calle adyacente a la calle Barranquilla, <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">a tan solo cincuenta metros de una de las porterías de la mayor universidad pública de la ciudad y a cuatro cuadras de la más grande del país,<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">encierra en su corredor de bares todo un mundo de experiencias.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Allí se reúnen a diario estudiantes, profesores y hasta decanos que quieren rendirle culto a la diosa más permisiva de todas. Cannabis.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">No es una diosa de ocho brazos como Kalí ni es tan cachondera como Afrodita, pero de que tiene sabor, tiene sabor.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Sus adictos, amigos y conocedores la veneran con porritos, puchos, tabaquitos, cigarros, envueltos, pipas jamaiquinas y hasta orgasmos de humo.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Cuando llega la policía atraída por el humero, juran que es la contaminación.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Ya no los pueden arrestar como antes, gracias a la ley de la dósis personal, pero algunos todavía se cagan del susto cuando ven los uniformados.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Hay que aclarar que los marihuaneros no son drogadictos, ni criminales, ni mucho menos terroristas. Algunos son totalmente inofensivos.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Los hay de todas las clases: estudiantes que participan en cualquier marcha o protesta y se quejan hasta por el encarcelamiento de Paris Hilton; primíparos que llegan allí para saber qué se siente volar sin necesidad de comprar un costoso tiquete de aerolínea o por qué a la parte trasera de la facultad de artes le dicen el "“aeropuerto”; profesores que dicen que hay que estar con los muchachos pa’ las que sea y que entre un cigarrillo y un porrito no hay mucha diferencia; decanos bacanos que van allí para inspirarse, resolver los problemas de sus facultades y hablarle de Paulo Freire a todo aquel que los quiera escuchar; amas de casa desesperadas que necesitan un incentivo para volver a casa a lidiar tres muchachitos supernecios y un marido polvo de gallo, después de soportar un largo día de estudio y trabajo; el mesero que asegura que una traba al año no hace daño; el profesor acosador que insiste en que la yerbita mágica tendrá el mismo efecto del ron en la pechugona de sus sueños y por supuesto, el estudiante eterno que lleva doce años en la universidad sin graduarse de nada, vive feliz en el hotel mama y todavía protesta por Mayo del 68 como si lo hubiera vivido.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">A los que nunca hemos probado la marihuana nos miran como a colegiala virgen en liceo de grillas. No entienden por qué tenemos una cerveza en la mano y no un bareto, como cariñosamente le dicen al porrito por estos lados.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Hay pocos jíbaros. No hacen falta. Muchos comparten la dósis personal porque son unos firmes convencidos que un polvito no se le niega a nadie y bueno, si compartís tu cuerpo, compartís el resto.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Las discusiones son de altísimo nivel. Allí aprendés de física, de medicina, de matemáticas, de derecho y hasta te cuentan las claves ocultas del Código Da Vinci.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">No se necesitan traductores. El lenguaje es claro: si el chacho o la chacha tienen la mirada feliz<span style=""> </span>pero en sus labios no hay esbozo alguno de sonrisa, perdieron el parcial! Si además están bailando reggae de la cintura para arriba, sentados a una mesa de cuero con botellas vacías de cerveza: andan treciados y a punto de perder la materia pero corean con entusiasmo <i style="">¡stand up for your rights!</i> y suspiran por tener un profesor que se parezca a Bob Marley, aunque sea en las trenzas. Si por el contrario lograron concretar a la rubia divina de la fotocopiadora, tienen cara de “happy happy” y sonríen más que impulsadora de supermercado. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Se visten de cualquier manera y censuran a cualquiera que los mire con cara de “loco, vos te miraste al espejo antes de salir de casa?”. Allí convergen los metaleros, los filósofos despistados, los góticos, los punkeros, los harlistas, los espanta-la-virgen y hasta los neo-hippies que cambiaron el famoso “PEACE & LOVE”<span style=""> </span>por “PLEASE; LET’S FUCK!”.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Abundan las camisetas con el estampado de la hojita de cannabis, la imagen del Che Guevara o la bandera de Jamaica. Los jeans deben ser viejos, mugrosos o desgastados. Mejor si tienen quinto bolsillo para guardar ahí la “maria juana” o la monedita para el teléfono público desde el que llamaran al tío Woodstockero que los recoja, los acoja y les ayude a deshacerse del olorcito delator que haría desmayar a sus madres.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Todos son hermanos, primos o “cuñadas” por el mismo palo. Nadie les hace tomar la sopa ni los deshereda. Son como una familia de inmigrantes ilegales en donde no hay cama pa’ tanta gente, pero donde sí alcanza la maracachafa para cualquier pariente.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Insisten en que la marihuana es medicinal y se preguntan por qué si existe el té de coca no existe el jugo de cannabis. Igual se trata de reanimar, no?<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO">Antes de las doce se esfuman todos a sus casas o al apartacho de Nacho por si le da por aparecerse a esa hada madrina que llaman sobriedad, que en vez de calabaza tiene dos tetas de silicona y botox hasta en la gozona.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="" lang="ES-CO"><o:p> </o:p></span></p> <span style="font-size: 12pt; font-family: Arial;" lang="ES-CO">© 2007, Malcolm Peñaranda.<br /> </span>Unknownnoreply@blogger.com0